Selección de El Salvador

Pudo ser un crack mundial y ahora es motivador de las selecciones juveniles

Brilló con luz propia en España, pero dejó pasar la oportunidad de ser uno de los mejores de la historia.

Por Roberto Lopez

Brilló con luz propia en España, pero dejó pasar la oportunidad de ser uno de los mejores de la historia.

En El Salvador son pocos los jugadores que han logrado marcar huella a nivel mundial, ya que muchos solo llegaron a marcar época en la MLS que, sin desmeritar, es una liga de menor categoría en comparación a las ligas europeas.

El único que pudo dar ese salto de calidad y poner el nombre de El Salvador en el mapa del fútbol mundial fue Jorge Alberto González Barillas quien fue fichado por el Deportivo Cádiz en 1982 tras la Copa del Mundo de ese año y que fue a la última que clasificó El Salvador.

Y gracias a las pinceladas de buen fútbol que mostró en el club gaditano equipos grandes de Europa pusieron su mirada en “el Mágico” como el PSG, Barcelona e incluso el Real Madrid, pero temas extradeportivos y su manera de ser hicieron que el jugador finalizara su etapa en Cádiz y luego regresara a territorio salvadoreños a colgar los botines.

"Reconozco que no soy un santo, que me gusta la noche y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. Sé que soy un irresponsable y un mal profesional, y puede que esté desaprovechando la oportunidad de mi vida. No me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Juego por divertirme", reconoció el 'Mágico' en una entrevista durante su estancia en Cádiz.

Motivador

Ahora, lejos de las cámaras y de la vida pública, “el Mágico” ha tomado un rol más ligado a un trabajo de motivación con las selecciones juveniles y femeninas de El Salvador por mandato de la FESFUT, y para servir de inspiración a las nuevas generaciones.

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